10 pasos clave para atender un accidente escolar.
En cualquier institución educativa, el bienestar de los estudiantes no puede depender de la improvisación. Los accidentes escolares —ya sea en el aula, el patio, los pasillos, o incluso antes de iniciar la jornada— requieren respuestas inmediatas, bien estructuradas y alineadas con un protocolo institucional.
No basta con tener un seguro activo o con saber a quién “debería” llamarse: cada colegio debe contar con una ruta clara, entendida por todos y respaldada desde la dirección.
En muchas instituciones privadas estos procesos aún no están consolidados. Y cuando no existe claridad, aumenta el riesgo legal, operativo y humano. Este artículo propone 10 pasos esenciales que toda institución privada puede adoptar y adaptar para fortalecer su sistema de seguridad escolar, integrándolo de forma efectiva con su SG-SST.
Esta propuesta no reemplaza una asesoría profesional estratégica, pero sí ofrece una guía funcional adaptada a la realidad de los colegios privados.
Los 10 pasos para actuar ante un accidente escolar
1. Evalúa el accidente y clasifica la urgencia
Todo accidente escolar debe ser atendido bajo criterios claros: ¿requiere primeros auxilios o atención médica urgente? Esta decisión es la base para activar la ruta adecuada.
2. Aplica primeros auxilios inmediatos
Brinda atención básica con personal capacitado. Asegúrate de que la brigada de emergencia este entrenada en primeros auxilios, como parte del Plan Escolar de Gestión del Riesgo y Cambio Climático PEGR-CC.
3. Activa el sistema de salud en caso de urgencia
Si hay riesgo vital o necesidad de atención urgente, llama a emergencias. Sigue las indicaciones médicas o del seguro escolar sin demorar decisiones. La inacción también genera riesgo institucional.
4. Informa a la familia o acudiente
Notifica a los padres de forma inmediata. Evita alarmismos, pero comunica con precisión lo ocurrido y las acciones tomadas. La transparencia genera confianza y respaldo.
5. Solicita información sobre afiliación en salud
Esto orienta el tipo de atención médica que se debe gestionar y a qué red hospitalaria o IPS puede acceder el estudiante.
6. Gestiona el traslado si no hay respuesta familiar
Cuando no se logra contactar al acudiente, se debe actuar bajo orientación médica. Idealmente, esta situación ya debe estar prevista en el protocolo institucional.
7. Determina y realiza el traslado autorizado
El colegio debe tener establecido si puede movilizar estudiantes en situaciones urgentes, y bajo qué condiciones. Esto debe estar soportado legalmente y con respaldo documental.
8. Registra el accidente y todo el proceso de atención
Desde la evaluación hasta la comunicación con la familia, todo debe quedar documentado. Esto protege a la institución, al estudiante y al equipo docente y directivo.
9. Informa al seguro escolar (formato de reporte)
Gestiona la activación del seguro de accidentes, incluyendo actas, registros, soportes y datos del estudiante. Define quién es responsable de este proceso.
10. Formaliza el cierre del caso y seguimiento
Deja constancia escrita de la entrega del estudiante al acudiente y de las recomendaciones médicas posteriores. Si es necesario, genera alertas internas para prevención de recurrencia.
Las instituciones educativas privadas deben asumir con responsabilidad el diseño y la socialización de rutas de acción que protejan a su comunidad. Esta ruta debe estar articulada al PEGR-CC bajo la definición de protocolos de seguridad escolar, pensada desde la prevención, y fortalecida con formación continua. Porque cuando hay claridad, hay cuidado y cuando hay cuidado, hay confianza.